Educadora Canina y Especialista en Comportamiento Animal
Soy entrenadora canina con más de 6 años de experiencia y fundadora de Capiruso, una escuela basada en el amor, la ciencia y la conexión emocional entre familias y sus perros. Mi camino comenzó gracias a CAPITÁN, mi fiel compañero, quien me enseñó el verdadero poder de comprender el mundo canino desde la empatía y la neurociencia.
Estudiantes sus familias
Hoy disfrutan
una convivencia equilibrada
Mi historia en el mundo del comportamiento animal comenzó desde que CAPITÁN llegó a mi vida, siendo apenas un cachorro. Desde el primer día sentí con él una conexión profunda y genuina. Su forma de aprender, su manera de comunicarse y su energía despertaron en mí la necesidad de entenderlo mucho más allá de lo básico.
Ese deseo de comprenderlo me llevó a estudiar Auxiliar Técnico Veterinario, y fue allí donde una materia cambió mi vida por completo: Etología, el estudio del comportamiento animal. Al descubrirla, entendí que no solo quería cuidar a los animales… quería comprender su mente.
Siempre he sentido una gran fascinación por la psicología y el funcionamiento del cerebro humano. Para mí, la mente es poderosa y controla absolutamente todo lo que somos y hacemos. Entonces un día me pregunté:
¿Qué pasaría si aplico ese conocimiento al mundo canino?
Esa pregunta abrió un camino que me llevó a estudiar cómo funcionan los procesos químicos del cerebro, cómo se forman los comportamientos y cómo las emociones influyen directamente en la conducta de nuestros perros.
Comprendí que el cerebro de un perro funciona de forma muy similar al de un niño pequeño de aproximadamente 4 años:
siente intensamente, aprende a través de asociaciones, imita, explora y necesita límites amorosos, guía y refuerzo positivo.
Mi filosofía se basa en:
⭐ 1. Educando primero a la familia
No sirve de nada entrenar al perro si en casa no se practica lo que aprende. Mi misión es formar a los “padres perrunos”, para que entiendan cómo piensa, siente y aprende su compañero.
⭐ 2. Neurociencia aplicada
Comprender el cerebro de tu perro —muy similar al de un niño de 4 años— permite trabajar desde la empatía, la paciencia y la ciencia. Usamos conocimientos reales sobre química cerebral, emociones y procesos de aprendizaje.
⭐ 3. Refuerzo positivo y bienestar emocional
Nunca utilizo castigos, miedo ni dolor. Todo se basa en reforzar conductas deseadas, generar seguridad y construir confianza.
⭐ 4. Construcción del vínculo humano–perro
El objetivo no es que tu perro “obedezca”, sino que quiera conectar contigo. Trabajo para que haya comunicación, respeto y una relación sana entre toda la familia.
⭐ 5. Educación emocional canina
Como los humanos, los perros sienten miedo, frustración, euforia y estrés. Enseño a las familias a reconocer estas emociones y gestionarlas de forma adecuada para prevenir problemas futuros.
⭐ 6. Resultados reales y adaptados
Cada perro aprende distinto. Mis planes se ajustan al carácter, necesidades y ritmo de aprendizaje de cada familia y su perro.